Se requieren buenos hábitos de los estudiantes en línea para ser exitosos. Los alumnos universitarios de hoy soy, en gran parte, nativos digitales. Por ende, están habituados a interactuar con las TIC con absoluta naturalidad. Con todo, eso no significa que no enfrenten desafíos al momento de tomar solamente clases en línea, tal como ocurre debido al encierro forzoso derivado de la pandemia del COVID-19.
No sólo los profesores necesitan adaptarse a los retos de la educación a distancia. También los alumnos deben aclimatarse a un entorno por completo diferente. Es desafiante, pero algunos especialistas piensan, incluso, que esta modalidad es la más efectiva.
●Administración del tiempo: A diferencia de los horarios fijos de las clases presenciales, la mayor parte de los cursos en línea no se imparten en tiempo real. A pesar de lo provechoso que dicha flexibilidad resulta para la mayoría, puede perjudicar a los estudiantes que tienden a procrastinar, tienen dificultades para atenerse a una rutina diaria y necesitan recordatorios frecuentes para completar las actividades académicas.
Una manera de evitar este problema consiste en elaborar listas de tareas pendientes e ir marcando en ellas las que se concluyan. Inclusive, para reforzar el hábito, los estudiantes se pueden otorgar a sí mismos pequeñas recompensas una vez que completen sus obligaciones.
Entre los buenos hábitos de los estudiantes en línea se cuenta determinar horarios fijos para las actividades académicas, de acuerdo con el temperamento de cada uno. Hay quienes funcionan mejor muy temprano por la mañana, otros que prefieren estudiar por las noches. Lo importante es establecer el horario y respetarlo, sin permitir que otras actividades interfieran con él. No importa qué tan tentadora sea esa nueva serie en streaming, ni qué tan intensa esté la partida de un juego online: respetar el horario de estudio debe tener prioridad.
Ambiente y habilidades
●Crear un buen ambiente de estudio: Conviene, si es posible, dedicar un espacio exclusivo para el estudio, para concentrarse sin interrupciones, como la televisión o la familia. Tener una silla y una mesa o escritorio confortables es importante para facilitar la comprensión y la concentración. La iluminación adecuada también ayuda a tener una buena experiencia de aprendizaje en línea. Debe ser al menos tan brillante como la pantalla de la computadora para evitar el cansancio ocular.
●Evitar distracciones: Los videojuegos son una gran tentación. Desinstalarlos o mantenerlos en una computadora distinta a la usada para la universidad (cuando sea posible) puede ser una buena idea. Mantener el celular apagado también ayuda a mitigar las distracciones. Si es necesario usarlo como herramienta de estudio, cerrar las sesiones en las redes sociales es uno de los buenos hábitos de los estudiantes en línea interesados en mantener la concentración necesaria para estudiar.
●Dominar las habilidades técnicas esenciales: La educación en línea requiere habilidades digitales. Algunas resultan naturales para la mayoría de los universitarios, como el crear documentos, navegar por la Internet y descargar e instalar programas. Otras pueden requerir más dedicación para aprender a sacarles todo el provecho. Eso incluye el manejo de bases de datos, foros en línea, videoconferencias en vivo y cualquier otra plataforma tecnológica que determinen las universidades para impartir sus lecciones.
Persistencia: clave entre los buenos hábitos de los estudiantes en línea
●Comunicación efectiva: Aprender a comunicarse de manera efectiva es esencial para los estudiantes. En la comunicación a distancia siempre hay cierta pérdida de aquella información que depende del lenguaje no verbal de las interacciones frente a frente y que ni siquiera una videollamada puede compensar.
Las universidades y los profesores pueden poner a disposición de los estudiantes múltiples canales de comunicación, desde el correo electrónico hasta foros en línea, mensajes de texto o grupos en redes sociales. Es importante aprender a utilizarlos a fondo. Al hacer uso de ellos es necesario no olvidar que se trata de espacios en los que se debe utilizar un lenguaje adecuado para la universidad. Eso vale al dirigirse no sólo a los profesores, sino también a los condiscípulos.
●Comprensión de lectura y buena redacción: La mayor parte de la comunicación de las clases en línea tendrá lugar por escrito. Desarrollar la capacidad de leer con atención documentos largos —como libros— no sólo en formato impreso, sino en pantalla, resulta esencial.
Escribir con claridad es la contraparte. Tener buenas gramática y sintaxis —incluidas la puntuación y la acentuación— ayuda a una comunicación efectiva y la correcta expresión de los estudiantes en sus tareas en línea. Un paso importante consiste en revisar al menos un par de veces cualquier trabajo escrito antes de enviarlo. Eso ayuda a detectar y corregir a tiempo los inevitables errores, a veces debidos a algún dedazo, a veces a una incorrecta estructuración gramatical o sintáctica.
●Persistencia: Es tal vez el hábito más importante al estudiar en línea. Los alumnos más exitosos son aquellos con buen ánimo para lidiar con los problemas técnicos y resolverlos. También perseveran al estudiar de manera regular y consistente y no dudan en comunicarse con sus profesores y condiscípulos en busca de ayuda cuando la requieren.